martes, 21 de abril de 2009

crítica

MENTIRAS Y GORDAS (Albacete y Menkes)

*** ½ / *****


Ante la nueva película del polémico dúo está claro que lo fácil es despotricar acerca del aprovechado tirón mediático de sus protagonistas, de sus escenas subidas de tono y de una trama endeble. En este país hay demasiado carca, y, sobre todo, muchos hipócritas.

Dicen que no hay mayor ciego que quien no quiere ver. Y en el fondo todos los panfletos moralistas que se han publicado sobre la película son más propios de devotos del señor Razzinger, que de una sociedad supuestamente avanzada y consciente de lo que ocurre.

Dejando atrás pretenciosas moderneces como Atómica o Más que amor, frenesí, estudiados modelos cinematográficos de cómo escandalizar, esta película se erige como la más madura de sus creadores y sobre todo, la que destila más personalidad, algo que le falta a muchos directores en este país.

Quién esto firma no considera que el film sea ninguna maravilla, ni ese relato coral y presuntamente generacional que se nos ha tratado de enchufar en vena. Lo que sÍ es cierto es que retrata con inusual valentía la vida de un grupo de jóvenes perdidos y desubicados.

Que hay desnudos y escenas subidas de tono (algunas totalmente gratuitas) es un hecho (aunque el sexo en el cine no es malo, señores). Que es un aliciente para aumentar el morbo, una evidencia, pero no por ello hay que dejar pasar por alto espléndidas y prometedoras interpretaciones de alguno de los actores.



El tándem Mario CasasYon González es el que se lleva la palma. El primero (Casas) inicia una carrera con posibilidades, muy alejado de sus papeles televisivos habituales; el segundo (González) no hace más que confirmar lo que los cortos Identidad y Muñecos de Látex ya anunciaron en su momento: que despuntará en la primera plana de actores jóvenes nacionales en un futuro probablemente cercano.

Ana de Armas, con una mirada de belleza indescriptible y Polvorosa, con un talento natural que la llevará a lo más alto si elige bien sus papeles destacan entre el reparto femenino.

Queda demostrado que Alejo Sauras, aunque encasillado, es un buen cómico, igual que Miriam Giovanelli. Pero también que ni Hugo Silva, que no termina de encontrar su hueco en el cine (tras ese patinazo de El hombre de arena) ni Maxi Iglesias, aportan nada a la cinta.


Se ha dicho que con esta película no se ha hecho un trabajo de campo lo suficientemente exhaustivo, que la historia está distorsionada, pero las cifras y las estadísticas están ahí. España es el primer país en consumo de cocaína, estamos a la cola de muchos países europeos en lo que a educación se refiere y, aún más grave, cada vez se producen mayor número de embarazos no deseados entre adolescentes menores de edad.

Quizá por llevar al extremo el dolor, el dúo cae a veces en la caricaturización y estandarización excesiva de los distintos personajes y temáticas de la película, pero eso no significa que estos problemas no estén ahí y puedan verse. En definitiva, y quizás es lo que todos deberíamos comprender, Mentiras y gordas es un ejercicio puramente funcional que incita al debate. Y sólo por eso, merece la pena acercarse a ella

LO MEJOR: el tándem Mario Casas – Yon González

LO PEOR: llevar al extremo de la caricaturización algunas situaciones de los personajes.


KIKE DEL TORO


FOTOS: http://pitercatorce.blogspot.com ; www.fotogramas.es

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