martes, 10 de noviembre de 2009

CRÓNICA - LOVELY LUNA - TEATRO LARA

La inmaculada imperfección de los clásicos pop

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LOVELY LUNA - Teatro Lara - 10 de noviembre de 2009



A Lovely Luna, de primeras, puede parecer que no los conoce ni su padre. Y, en parte, es sobradamente lógico ese pensamiento. Un grupo que ha editado tres discos en 14 años es incapaz de amalgamar con facilidad un público de distintas generaciones. Sin embargo hay un componente extra musical, absolutamente personal e inherente a ellos mismos que rodea este "Chang y Eng". Félix y Xoel se han unido ahora, en este preciso momento porque sí, porque les da por ahi (Dolo Beltrán, dixit). Esta pequeña delicia llanamente pop surge por el mismo motivo por el que empiezan a tocar todos los grupos de verdad: porque sí. Sin más.

Después de tantos años, lo cierto es que la reunión de estos dos músicos de culto es un privilegio que trasciende a cualquier tipo de moda. Si bien degustar sus canciones en fracciones temporales considerablemente espaciadas forma parte del encanto, la imperfección de quien inicia una gira es un componente que, muchas veces puede volverse en tu contra (la mayoría de los inicio de gira son un desastre) y, otras veces (las menos), ser parte del juego. Sin más dilación: anoche Lovely Luna, con o sin inicio de gira, se salieron. Pese a los continuos problemas de sonido y la lógica descoordinación de los músicos en algunos momentos. Pero arriba del escenario se veía conexión y, sobre todo, caras de estar pasándolo bien. Y eso se transmite al público (500 personas, abarrotado)

Previa introducción tan misteriosa como cómica (una voz en off contando la historia de los siameses Chang y Eng) sonó el homónimo del disco para arrancar. Y la primera aparición de Xoel en los escenarios españoles tras su exilio argentino. Había ganas. Ya metidos en el universo de la mujer barbuda, el hombre bala y el domador sonó Sola, el arranque de Félix y el calentamiento general de la banda y del público.

Tuvimos la oportunidad de escuchar en vivo alguno de los temas que nos han fascinado de este nuevo trabajo. Rosa, por ejemplo, la mujer que quería ser cantante de jazz y terminó en un piano bar. Usted, o Tan solo es la vida (segundo single, ya – grandísimo tema, grandísimo-) . También Luna adorable, espectacular mano a mano acústico con el órgano. Se nota un arduo trabajo de ensayo en una banda que cuando ruede (si llega a rodar) será un máquina de hacer rock and roll (revestido de muchos otros géneros – sí, folk, todos lo estamos pensando-). Se nota cuando Xoel se arranca con el The way young lovers do de Van Morrison y no la destroza (tampoco la glorifica, no nos engañemos, pero el resultado es digno). O en la nueva versión de Si no hay. Mucho más sinuosa, oscura y decadente que la original (en Las cosas que nadie debe ver).

Los responsables de tan digno resultado son Juan de Dios en los teclados, Alberto Villarroya en el bajo y Fernando Lamas en la batería. Todos disfrutando y respondiendo ante sus seguidores. Parando el tráfico sonó al final, justo antes de invitar al escenario al muchachada nui Julián López (que cumplía años) a tocar la trompa. También María Toro apareció en unas cuantas canciones tocando la flauta travesera.

Ante las dificultades acústicas, Felix y Xoel recurrieron al humor (no al zafio habitual) y sobre todo, a la humildad de unos músicos que, reconociendo lo que es un concierto de inicio de gira, no lo pudieron hacer mejor.

KIKE DEL TORO

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