lunes, 16 de noviembre de 2009

CRÓNICA - FESTIVAL X1FIN: JUNTOS POR EL SÁHARA - TEATRO CIRCO PRICE

¿Buena voluntad o pantomima?

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FESTIVAL X1FIN: JUNTOS POR EL SÁHARA – Teatro Circo Price – 16 de noviembre de 2009



De los motivos políticos que rodean un evento como el de esta noche aparte y del Festival X1FIN: Juntos por el Sáhara se pueden hacer diferentes lecturas y, salvo en contadas excepciones (en el terreno artístico), se salva muy poco de una cita que dejó un regusto muy extraño entre la prensa (gráfica) que acudió al evento.

Antes de entrar en materia con la crónica como tal, puntualicemos: si el objetivo de la velada era tener repercusión mediática al nivel que fuera, no sé por qué se trata a los fotógrafos como si fuesen reses de ganado. En primer lugar, lo que se supone que se cubría era un concierto anecdótico, simpático, entre actores y cantantes por una causa justa: la solidadridad con el Sáhara, no un photocall de pseudomodelos venidos a más con ínfulas de que se les vea más interesante para la prensa del corazón que para la causa que anoche (pseudo)centralizaba la atención.

Repito, si lo que interesaba era que el evento tuviera repercusión mediática suficiente como para cumplir holgadamente los objetivos benéficos, un fotógrafo necesita más de tres minutos embutido en un escueto foso para dar fe de lo ocurrido (si lo que prima, es el concierto en sí; si no, no he dicho nada...).

Desagradables actitudes aparte, el concierto de anoche, lo que DE VERDAD importa, tuvo altos y bajos, pero, sobre todo, un carácter bastante lúdico que animó a ver con curiosidad el completo y diverso repertorio de versiones elegido para la ocasión. Arrancó la noche (previa advertencia sonora sobre la prohibición del uso de teléfonos móviles en el concierto -yo-lo-flipo-) Estopa y Santi Millán dando su bienvenida particular con la gamberra cover del Pacto de caballeros de Sabina.
Santi fue el encargado de presentar una gala-concierto bastante dinámica (de verdad, no fue demasiado coñazo salvo en dos pequeños percances acústicos). De sobra conocido es el carisma del actor tanto encima y como fuera de las tablas, por lo que poco hay que decir de un buen showman que siempre cumple. Siguió la noche María Castro y David de María con Es por tí, el radiado éxito de Cómplices, y el tándem Manuel CarrascoInma Cuesta con otra más de Sabina: Contigo, que, tampoco es un descubrimiento decirlo, les quedó un poco grande.

Hubo momentos especiales sobre el escenario. Gratísima sorpresa con la sensible actuación de Silvia Abascal y Lo eres Todo. ("Huevazos" los de ella de salir sola sin Pedro Guerra). Y también Michelle Jenner y Fede Celada, que se marcaron un tema juntos en ausencia de los Pereza.

Juanjo Ballesta, bastante irreconocible, tocó la guitarra con Poncho K en La leyenda del tiempo, rindiendo tributo a Camarón. Lluvia Rojo y Jaime García Soriano se atrevieron con One, de U2, en una versión más pausada, delicada, menos espectacular. Muy Jaime en su época actual como Señor Nadie. La diferencia es de órdago, pero el resultado fue decente.

Edu Soto ejerció bien de Raphael en Como yo te amo, a dúo con Conchita. Quizá, una de las más surrealistas colaboraciones de la noche. Bueno no: fue la más surrealista con diferencia. Perdón que peque de simpleza en mi comentario sobre la actuación, pero es que el vozarrón que se sacó Edu Soto de la nada nos dejó epatados.

Bebe (embarazadísima) y Alberto Amarilla animaron al respetable con más buena voluntad que resultados en Es muy fácil, tema de Los Mitos. Y algo de rock and roll con Sidecars y Jimmy Barnatán cuando se estaba acercando el fin del espectáculo: Una noche sin tí, de los Burning (de manual, la elección).

La actuación de la noche, por derecho propio, fue la de Asier Etxandía (a pesar de algunos papeles en su carrera que no entenderé jamás, uno de los actores más completos y sobresalientes de su generación), Pastora (el grupo más fiestero del festival capaces de reanimar a un muerto con su electro pop cañón) y el clasicazo "stoniano" Sympathy for The Devil. Eso sí que es llevar al extremo una idea tan cojonuda, en planteamiento, como la de este disco. Independientemente del resultado, ver a dos showman(woman) de este calibre sobre el escenario no tiene precio. Tampoco las sorpresivas caras de Paco Tous y Pepón Nieto desde las gradas del teatro.

Jorge Ruiz, de Maldita Nerea, muy correcto, y Blanca Romero, muy nerviosa, atacaron una amable versión de Dulce Condena. Qué buen gusto eligiendo. Y Supersubmarina levantaron a su manera el Price con Chas! Y aparezco a tu lado, de involuntario dominio popular casi al final del show, que evidenció quien va a manejar el cotarro de aquí a nada en la cantera nacional.

Llegaron El canto del loco y Álex González: el griterío más potente de la noche. Dani Martín, que, sin ser tan desbocado, algo siempre queda, sobre el escenario, ha ganado enteros en su credibilidad como vocalista, se marcó con un paradito González un "temón" como Años 80 de Los Piratas. Lo tenía todo de cara. Y el resultado fue más que notable.

¿Conclusiones? No se puede juzgar a nadie que está haciendo algo de forma benéfica, que, sin ser especialista, se sube al escenario a cantar. La noche fue curiosa, pasamos un buen rato y flipamos con un par de dúos. Todo efectivo y agradable. Una pena que elementos ajenos jodan, en parte, el buen rollo que debería primar en un evento de estas características.

KIKE DEL TORO
FOTOS: RAMÓN MATÍAS

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