martes, 24 de marzo de 2009

crítica

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON - David Fincher (2009)



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¿Qué edad tiene? Tengo siete, pero aparento más. Nunca quién esto firma hubiera pensado que una frase tan obligadamente condenada al controvertido ámbito de la obviedad pudiera provocar una reacción tan emotiva en el receptor. Menos aún si la frase la pronuncia uno de los hombres que más eleva la humedad de las mujeres heterosexuales (y hombres homosexuales) del planeta.

Lo cierto es que ahí reside una de las innumerables (e involuntarias) virtudes de El curioso caso de Benjamin Button (Warner, 09), un arriesgado cambio de registro de David Fincher, el mejor retratista de la psicología humana desde Kubrick, cinematográficamente hablando, claro está.

La historia, parafraseando al título, es tan curiosa como sencilla. La noche que termina la I Guerra Mundial, nace Benjamin Button, un niño con 87 años que a medida que pase el tiempo rejuvenecerá. Brad Pitt capitanea con titánico esfuerzo un larguísimo y complejo tour de force que bien podría haber caído en el abismo del coñazo más absoluto y que, sin embargo, mantiene al espectador en un continuo estado de tensión que en más de una ocasión deriva en la admiración más absoluta hacia el trabajo de la estrella de Hollyvood.

Pero, por encima de todo, el mayor riesgo para Fincher ha sido, el de filmar una historia de amor made in Hollyvood sin caer en el convencionalismo, centrando su discurso en una conmovedora a veces, cómica en otros momentos, reflexión sobre el paso del tiempo. Y es que la historia entre un resignado por las circunstancias Brad Pitt y una liberada (en su juventud), dolida (en su edad adulta) Cate Blanchet es, de todo, menos pastel.

En algunos momentos, la sombra de Eric Roth (guionista de Forrest Gump) asoma con una grimosa tendencia al melodrama que podría haber distorsionado una historia de por sí trágica. Afortunadamente, es el director quién domina el cotarro con todo su tropel de ideas claras y ordenadas, construyendo un prodigio cinematográfico con altas dosis de genialidad en su estructura argumentativa. .

La gran pega del film es quizás la pérdida de la identidad clásica de Fincher en pro de una historia poco dada a los recursos habituales de su cine y esa tendencia suya a estructurar sus películas en constantes flash - backs que la hacen un poco predecible en según qué momentos.




Las logradas interpretaciones de Taraji P. Henson, Tilda Swinton o Jared Harris contextualizan y ayudan a comprender la odisea de un hombre singular que crece en una residencia de ancianos familiarizado con la muerte y fallece acompañado del gran amor de su vida, sin saber hablar e inundado de la inocencia que ella dejó muchos años atrás.

Sin quererlo, la película nos regala una de las escenas más bellas vistas en el cine en los últimos diez años: una Cate Blanchet tecnológicamente caracterizada paseando a ese amor de su vida, ahora convertido en un niño que gatea y balbucea.

Una película de grandes presupuestos, llena de actores elevados a categorías galácticas que, en el fondo, es mucho más pequeña y mucho más íntima de lo que cualquier individua o individuo con superávit de hormonas tienda a entender jamás.


KIKE DEL TORO

FOTOS: http://mariasport.files.wordpress.com/2009/02/63-el-curioso-caso-de-benjamin-button-2008.jpg; http://static.latercera.com/200901/268092_400.jpg

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