jueves, 13 de agosto de 2009

CRÍTICA - SIDONIE - EL INCENDIO

En el jardín de los lirios en flor...

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Llevamos tres días con una ventana del ordenador abierta de forma permanente escuchando los nuevos temas de Sidonie. El trío catalán ha firmado uno de los mejores discos del pop nacional de este año. Quedan muy pocos días para el 18 de agosto, día en que saldrá a la venta este trabajo y desde aquí te hemos querido contar lo más pronto posible nuestra opinión sobre El incendio. Por Facebook dicen estar muy nerviosos de la reacción de sus seguidores. No tienen por qué.

Hay un momento que algunos frívolos llaman madurez en el que dejas de hacer aquello para lo que siempre crees que has despuntado y te limitas a hacer únicamente lo que te apetece en cada momento. Para poner en práctica esto en el mundo de la música, se necesita un rodaje (a veces más cualitativo que cuantitativo) y un rico proceso de investigación, apasionante y atractivo tanto para el músico como para el seguidor. Lo bonito es que éste no terminara nunca, pero a veces llegan discos atemporales, vigentes, de esos en los que da la sensación de que todos los pasos que el grupo ha recorrido a lo largo de su trayectoria le han conducido a ese precioso y glorioso momento.

Sidonie han conseguido llegar a este punto de calle con este disco. Marc Ros, Alex Pi y Jesús Senra parecen haber dejado atrás la pretenciosa psicodelia que marcó entregas pretéritas y que les dió esa identidad reconocible en el estudio (nunca rematada en los conciertos) y han profundizado en el sonido mediterráneo que coronó a Costa Azul como su mejor disco, hasta entonces.

Sidonie, por encima de etiquetas dandy-escas, es sinónimo de rock and roll. Y lo demás son cosas del pasado que configuraron su evolución, pero que ahora sólo pueden distorsionar la íntegra verdad de un grupo que no sólo se ha reafirmado con El incendio sino que se ha hecho más grande. El trío, otrora pretenciosamente superficial se ha entregado a sus instintos más naturales y han firmado un clásico inmediato que habla del tema más universal que hay: el amor.

Desgranar El incendio es jodido. Muchos son los detalles en los que nos podemos perder: esa obsesiva y enfermiza letra de La sombra, complementada perfectamente con un trepidante inicio a lo Knights Of Cydonia, arrolladores pianos épicos y oscuros juegos vocales. Un día más es una modélica pieza de pop vocal ye-yé con un gusto exquisito. Quizá desconcierta un poco esa oda a la incerteza del futuro que es Algo nos pasará o Por ti, (aún no le he podido pillar el truco – buena señal que no todo el disco sea tan accesible) pero retoman el pulso (y de qué forma) con esa vacilada rockabilly: Viva el loco que inventó el amor.

Las irresistibles trompetas iniciales de A la vera del mar nos transportan momentáneamente hacia el Nino Bravo más lúdico (coño, también hay que reivindicarlo) mientras damos un paseo por la arena del Mediterráneo y nos perdemos en el jardín de los lirios en flor. Al viento, con ese hammond introductorio a lo Hellville de Luxe es una preciosa, triste canción con una guitarra acústica tan elemental en sus acordes como difícilmente olvidable (la mejor cualidad de los verdaderos maestros – Dylan, por ejemplo).



Si la obviedad de retomar algunos títulos para cerrar la última canción no es santo de mi devoción, nunca había tenido tanto sentido hacerlo como en El Adios, trasnochada y resacosa despedida de una colección grandiosa de canciones.

Y sí. El incendio. Que empieza suavemente para incorporar un jugoso juego de riffs de guitarra y estallar en uno de los mejores estribillos de los últimos años del pop español. Como el fuego, las guitarras van invadiendo tus oídos hasta que quedas absolutamente convencido de que nunca una carta de presentación había sido tan literal.

Lo más fantástico de este disco es que uno escucha estas canciones y desea inmediatamente que formen parte importante de la banda sonora de su vida.

KIKE DEL TORO
FOTOS: http://www.myspace.com/sidoniespace

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