sábado, 22 de agosto de 2009

CRÓNICA - II JORNADA ECOPOP 09´

El espectacular concierto de Lori Meyers, protagonista en la II Jornada del Ecopop.

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La segunda jornada del Ecopop 09´ se cerró anoche con unos pocos seguidores menos que el jueves pero con un plus de intensidad rockera (y popera) gracias a los conciertazos de Cooper, Lori Meyers y Love Of Lesbian.

Entertainiment abrió la noche. El panorama daba un poco de miedo. Al menos, poniéndose en la piel de ellos. Apenas 30 personas ocupaban el recinto cuando subieron al escenario. Eso sí. Los burgaleses no se achantaron y ofrecieron un breve concierto con los mayores trallazos (unos, a priori, más entendibles que otros) de su apreciable “La increíble historia del Sol, la Luna y las Estrellas”. Y triunfaron. Por varios motivos. Porque al acabar su actuación, el público, que ya se había multiplicado por 20, les pideron un bis. Y al entrar al recinto, la gente, en vez de irse directamente a las barras o a la grada, se quedaba en la pista a bailar. ¿Los alicientes? Ballenas blancas, por ejemplo, que es una delicia indie rock; Madonnas, una nueva vuelta de tuerca al sonido ochentero o Murciélagos sonoros, que con su contagioso ritmo de batería despidió su actuación. Ellos lo pasaron bien y el público también. No hay más que hablar.



Más fría fue la cosa con Klaus and Kinski. Hacer una prueba de sonido encima de un escenario (y ante el público, se entiende) no es de recibo, ni como anécdota. Quizá eso predispuso una actuación fría por parte de Marina, su vocalista, poco dada a la expresividad (corporal, vocal ya es otra cosa). No me convenció el concierto. A las claras. Ahora bien, se valora la audacia de no seguir patrones, de hacer un temón como Rockandrollear en clave electroacústica y después arrancarse con un bolero como Mengele y el amor. Se llevaron la palma al grupo más experimental y personal de la noche. Y eso, siempre crea reacciones encontradas entre el público.




Y llegó Cooper. La experiencia y la educación (escénica) personificada. Con puntualidad británica y durante una hora desgranó algunos temas de su ya dilatada carrera. Entre el público, bastantes aficionados con estética mod para no desentonar con la ocasión. “No pido que saltéis o deis gritos. Nos parece feo hacerlo. Podéis hacer lo que queráis, que nosotros estamos a gusto tocando aquí, de cualquier manera”. Sonó Steph, El sueño o Hyde Park, con la que despidió casi una hora sin ninguna mala canción que en un escenario como el castillo Álvaro de Luna adquieren una lectura quizá no diferente, pero sí especial. Potente sesión de pop enérgético con aroma británico, gracias a una banda perfectamente rodada. Da la sensación de que para Alejandro Díez subirse al escenario o hacer canciones es una actividad tan normal como comprar el pan. Es en esa sencillez donde reside toda la grandeza y el sello personal e intransferible de una de las bandas más honradas e inconfundibles del país.



Lapido, compatriota granadino de “los lori” puso el nivel muy alto la noche del jueves. Que nadie lo dude. Lori Meyers (responsables de meter a buena parte de las casi 2.000 personas que llenaron el recinto) no se quedaron atrás. Ni mucho menos. Firmaron uno de los mejores discos del 2008. Y a estas alturas, los conciertos de presentación, en salas o festivales, son un ritual rock (and roll) ero de altísimo nivel, capaz de competir a caballo ganador con grandes bandas internacionales. Las cadencias pop de Cronolánea se transforman en directo en rabiosas guitarras, endiablados ritmos de batería y agresivas lineas de bajo. Más músicos que intérpretes, Lori van encendiendo a su público progresivamente. Efusiva respuesta del respetable en La búsqueda del rol (para quién firma, mejor tema de Cronolánea), complicidad en Luciérnagas y mariposas y catarsis colectiva, como no podía ser de otra manera en Alta fidelidad, y, sobre todo, en Luces de Neón, ya un himno para los granadinos y para el pop independiente. Noche dulce para ellos, que se llevaron de calle el título de grupo de la jornada.




Turno para Love Of Lesbian, que fueron el perfecto fin de fiesta a una notable sucesión de conciertazos y que estuvieron a la altura (tampoco lo dudábamos). Últimamente son más reflexivos, quizá profundos, más protagonismo a la melodía y un exquisito gusto para las letras. El grupo del que tanto se ha dudado si iban en serio o no han madurado. Al menos, aparentemente. A estas alturas, pocas cosas tiene que demostrar una banda con tanta solera. Arrancaron poniendo todas las armas sobre la mesa con la sobresaliente Allí donde solíamos gritar. Durante hora y cuarto sonaron Maniobras de escapismo, Universos infinitos, Club de fans de Johny Boy o una impresionante Incendios de nieve. La energía no es su recurso principal, y, en el fondo, después de una noche tan larga, se agradece poder escucharles atentamente. Causaron más fascinación y sonrisas que euforia en el público, pero eso no es negativo, sino admirable.



Hoy, último día de conciertos. Ganas de escuchar como suena Zahara en directo, de rockandrollear con The Sunday Drivers y bailar con We are Standard.

KIKE DEL TORO
FOTOS: RAMÓN MATÍAS

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por la crónica, es un placer leer algo interesante mas alla de las noticias de agencias.

    Los Lori geniales. !!!!!!!!!!

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  2. solo una corrección: love of lesbian no tocaron "universos infinitos" como dices, y bien que la eche de menos.

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