lunes, 17 de agosto de 2009

ENTREVISTA A ZAHARA

“No soy una chica con guitarra, soy una chica que hace canciones”


Zahara o la chica que ha arrasado en las redes sociales. Cierto que han sido su plataforma de lanzamiento y que buena parte de su cada vez más fiel legión de seguidores se sustenta a base del contacto directo con sus fans. Además, Merezco está a todas horas y en todas partes como manda la tradición de las canciones elegidas para la campaña de la Vuelta Ciclista. Pero, por encima de todo lo que rodea la actual promo de Zahara, hay un grandísimo álbum debut con una selecta colección de canciones pop perfectamente producidas (y entendidas) por Ricky Faulkner y Carlos Jean. Descree de la etiqueta folk y se dedica a su trabajo. Hace un par de semanas charlamos con ella para saber cómo se siente tras haber superado el millón de visitas en su My Space. Una observación: si todavía crees que Zahara sólo tiene un arma llamada Merezco métete en su My Space a la de ya. Comprobarás que no.

Un millón de visitas a tu my space. ¿Cómo se consigue eso?

(Risas) No me lo creo mucho aún. Me he ido acostumbrando poco a poco a ver cómo subían las visitas. Ayer, como la gente sabía que habíamos pasado el millón, hubo en tres horas unas seis mil más. Me hace ilusión que la gente esté atenta y que ese millón no me lo tome sólo como un éxito personal, sino que también la gente lo vea como un éxito suyo.

Tu caso es el ejemplo más claro de lo que puede llegar a ayudar el My Space o las redes sociales

Hay gente que se piensa que ha sido un plan de marketing de la discográfica. Y para nada. Me gustaba el My Space desde hace muchos años, me hace ilusión que me lleguen comentarios de la gente. Al final la cosa ha funcionado y me ha servido también para promocionar mis conciertos. El tiempo que le dedico no es tanto por una estrategia preconcebida sino porque me encanta.

Hay muchos grupos que tienen My Space, Facebook, Twitter o Tuenti. Pero pocos que se impliquen en tu grado. Te he visto comentar hasta en las fotos que suben tus fans.

(Risas) Para mí la clave es estar encima de mis fans. Es gracias a esos detalles que la gente me ha cogido cariño, se ha involucrado y se ha entusiasmado con esto. Además, una vez tenía consolidado el My Space, ví que otras plataformas también podían ser muy útiles como Tuenti o Facebook. Todo termina siendo muy recíproco. A mí me gusta recibir mensajes y a mi seguidor que yo se lo conteste personalmente.

No es una novedad el overbooking de chicas folk estos dos últimos años. No te metería dentro de ese saco pero dime tu opinión. ¿Donde crees que te encuentras?

No me considero folk. No tengo la cultura ni el bagaje necesario que requiere el género. Sí que he escuchado mucha música de cantautor y con ocho años lo que pululaba por mi casa eran discos de Bob Dylan, pero no lo considero un referente en mi música. Me acerco más al pop. He escuchado más a los Beatles, por ejemplo. Lo que hago tiene influencia de lo que siempre escucho: The Shins o Death Cab For Cutie o en España Maga, Sidonie o Love Of Lesbian. No me veo como una chica con guitarra sino como una chica que hace canciones. Da la casualidad de que mi proyecto se llama como yo porque soy la que más ilusión le pone, pero creo que mi proyecto podría encajar perfectamente en un grupo. Llevo haciendo esto toda mi vida. Siempre he participado en grupos. Es verdad que me movía mejor sola, pero tengo banda desde hace cuatro años y me identifico mucho más con los conjuntos que con solistas. El boom ha estallado ahora, pero firmé con Universal hace tres años. No creo que vieran en mí un filón como chica folk.


Y en vivo, ¿con qué formato te quedas, sola o acompañada por la banda?

Son distintos. Lo que más me gusta de este proyecto es que puedo hacer ambas cosas. Cuando voy sola suelen ser sitios más pequeños y la comunicación con la gente es muy directa. Ahí no tengo la presión del tiempo, ni de armonías. Si me quiero recrear en una parte, puedo hacerlo o si oigo un comentario en el público lo incorporo a la canción (risas). Lo que pasa es que me siento muy afortunada de tener la banda que tengo. Les admiraba mucho antes incluso de que tocaran conmigo y creo que aportan un sonido y una intensidad a las canciones muy distinta de la del disco. Subirme al escenario con la banda es un subidón total.

¿Te podrías quedar sólo con una de las canciones que incluye este debut?

Es difícil pero creo con el tiempo me he quedado con Funeral. Primero porque está cantada con Ricky, al que adoro, y también porque representa muy bien el espíritu del disco. No sólo lo que dice la letra. Hubo una época de mi vida en la que sentía que no era capaz de decir lo que pensaba y Funeral muestra muy bien lo que pasaba por mi cabeza en esos momentos.

Preparando la entrevista, quería que comentásemos dos canciones que a mí me habían llamado mucho la atención. Me has quitado mi favorita, pero pregunto: ¿cómo eres capaz de componer una canción aparentemente alegre que se llame Funeral?

(Risas) Ya. Lo que me gusta de alguna de mis canciones es que aparentemente son muy tristes, juegan con la contradición de todo ser humano que puede pasar de un estado anímico a otro en un momento. Hay veces que en los momentos chungos de tu vida te ríes a carcajadas y al revés. Me gusta cantar una canción con una letra superdura como es Funeral y que tenga una armonía mayor y que si escuchas instrumentalmente no te recuerde a eso, sino que sólo lo haga cuando te metas un poco más en la canción.

¿Dirías que tus canciones tienen niveles? Uno puede llegar al primer piso y quedarse ahí o subir hasta el quinto y meterse hasta dentro

Muchas canciones se basan en eso. Un ejemplo mío es Chico fabuloso, que aparentemente es una canción ñoña que dice cosas cursis, pero también puedes profundizar y darte cuenta de que habla de cosas bastante importantes como renunciar a cosas muy necesarias en tu vida por hacer un viaje y estar con una persona. Todas las canciones tienen una vuelta de hoja. Y es lo que me gusta. Hay gente que me ha escrito diciendo que le gusta mucho Olor a mandarinas por lo sencilla que es y otra porque le parece de una complejidad absoluta. Es bonito que haya sentimientos contradictorios. Hay gente que se queda en una lectura superficial y está muy bien. Las canciones están para eso, pero también muchos que quieren investigar.

Todo tu álbum gira en verdad a esta idea de letras tristes y melodías alegres

Es que estaba pensando en En la habitación. Estoy hablando de que me estoy quedando sola, que todo se me va y paso el tiempo en una habitación, pero no lo cuento lastimándome.



¿Cómo llevas que se te tenga como la chica dulce?

Por una parte me gusta, porque yo misma juego a eso. En estos tiempos, creo que es bueno ser un poco optimista y tener una visión positiva de las cosas. En momentos complicados es cuando más se valora el ser agradable. Las personas que me conocen saben que no soy así todo el día. He vivido muchos años en Granada y la mala follá granaína aflora de vez en cuando (risas). No siempre puedo estar sonriendo, pero lo natural que me sale es estar de buen humor. Me educaron así. Pero diría que soy agridulce tirando a ácida.

Otro de los temas del disco que me ha gustado es Tú me llevas, que tiene una producción muy trabajada

Se le ocurrió todo a Carlos Jean. Es curioso porque es una canción que tenía totalmente aborrecida. La había tocado en muchos conciertos y lo dejé de hacer por cansancio. Carlos empezó a experimentar, probó cosas distintas y consiguió que me reenamorara completamente de la canción. A Carlos Jean le doy el mérito absoluto de este tema. Hay mucha gente que dice que se sale del estilo del disco. A mí, por diferenciarse de las otras, me parece un cierre bonito. Es épica y los arreglos han quedado espectaculares.

Empezaste cantando copla.

(Risas) Sí, pero tampoco de una forma muy profesional. Mi abuela me enseñaba Cocinero Cocinero y María de la O.
Colgaste en My space el Ojos verdes a modo de regalo para tus fans

Es que como se ha extendido tanto lo de que cantaba copla de pequeña ya parece una leyenda urbana en las entrevistas (Risas). En una entrevista para Interpop, en Madrid, me preguntaron si me atrevía con Ojos verdes. La colgaron en su propia página y me pareció bonito enseñarla a mis fans, ya que es muy especial para mí. Es un homenaje a mi infancia, a mi abuela y a mi familia, que siempre me ha apoyado. Está grabada de mala manera, pero es parte del encanto.


Has hecho muchos conciertos esta temporada. Y te quedan unos cuantos en otoño. Cuéntame que tal la presentación oficial en El Sol.

Muy emocionante. Nada más salir al escenario la gente estuvo muy motivada y entregada. Desde la primera canción no pararon de corear las canciones. Había temas en las que cantaban tan fuerte que no me oía ni yo dentro del escenario. He leído críticas por ahí del concierto en las que decían que estaba nerviosa. Nada de eso. Lo que estaba era muy emocionada y disfrutando del momento, que fue un punto y seguido en mi carrera. Todos sabemos lo que supone tocar en El Sol y para mí fue una bonita recompensa. Por esos días habíamos finiquitado el disco y ahora tocaba presentarlo. Esa acogida tan enorme, que viniera Teresa Bernabé o Carlos Jean, que subió a cantar Chico Fabuloso conmigo... Fue un cúmulo de cosas que me hicieron disfrutar mucho esa noche.

Supongo que impone tocar en esa sala.

Muchísimo. Estaba muy nerviosa antes de salir, pero vamos, siempre me pongo así. Hay fotos del público cantando que son alucinantes.

¿Queda algún concierto para la capital en lo que queda de 2009?

Sí. Se está cerrando la gira ahora. Hay fechas que aún no están confirmadas y por eso aún Madrid no está puesta. Hemos tocado tanto en Madrid que no quiero saturar a la gente más (Risas) El año pasado cada quince días estabamos en la capital, alternando formatos. La gente me ha tratado siempre muy bien, ha venido a los conciertos, pero tampoco hay que abusar (Risas de nuevo) Queremos rodar un poco por el resto de España ya que nos quedan muchos sitios por machacar. Me apetece volver a Madrid al final del año, también como agradecimiento a la que siempre ha sido como mi casa y lo más seguro es que sea en un teatro, aunque no hay nada confirmado.

Un teatro es una prueba siempre arriesgada

Además la gente se viene un poco abajo. No se si se sienten en un ambiente demasiado respetuoso, pero a veces no sabes si se han dormido (risas). Da un poco de miedo por eso. Me gustan los teatros, pero para según que cosas, me quedo con una sala.



¿Qué puedes decir que hayas aprendido en estos tres años?

Hay que tener paciencia. La única fórmula es ser constante y trabajar. La suerte está ahí y a veces nos favorece, pero lo que te permite disfrutar de esto es dedicarle muchas horas y entusiasmo.
He aprendido a no perder aviones (Risas). A organizarme. No he vuelto a perder un tren ni un avión, y cuando ha pasado no ha sido culpa mía. Llego una hora antes a todo.

¿Quique González perdió como quince aviones hace dos años, no?

(Risas) Ya ves. Quique es muy amigo. Siempre me llamaba en plan “acabo de perder otro” y casi competíamos a ver quien perdía más. También es un aficionado a perder el teléfono muchas veces eh.

KIKE DEL TORO

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