lunes, 19 de octubre de 2009

ENTREVISTA A MANOLO TARANCÓN

“El hecho de ponerte delante del folio casi nunca significa que vayas a escribir algo bueno”



"Más allá de uno mismo" puso sobre la mesa todas las cartas de Manolo Tarancón hace casi tres años. Curtido en directo en cientos de garitos ha aprendido a disfrutar del placer de hacer (y grabar) discos. Heredero del mejor Nacho Vegas, Manolo revalida su propuesta ahora con "Imperfectos": un disco completamente distinto al anterior. Menos meticuloso, menos detallista en pro de una asombrosa autenticidad. Una de las mejores colecciones de canciones que se recuerdan este 2009, capitaneadas por Alfama, que el valenciano presentará por toda España a partir del próximo viernes. La primera parada: Bilbao. Hasta que llegue a Madrid todavía queda un trecho, así que hemos aprovechado estos días para hablar con un músico que lleva por bandera su honestidad y que a nosotros nos ha convencido. De hecho, es nuestro disco del mes. Échadle un vistazo.

¿Cómo llevas los ensayos?

Estamos ya con los últimos flecos de lo que serán los conciertos. Tengo muchas ganas de volver a tocar de nuevo con toda la banda.

El disco acaba de salir: ¿cómo han ido estas dos semanas?

Las cosas van tranquilas. El disco ya se ha enviado a los medios y estamos esperando a que con la distribución el disco llegue a todas las tiendas. Hasta que no pase un mes no podremos hacer valoraciones pero estoy contento con cómo ha quedado todo y para mí eso es lo más importante.

¿Le ves encanto a la imperfección?

Sí. El título viene porque el disco anterior fue grabado con muchos más medios. Perseguíamos un sonido más nítido, perfecto, intentando no caer en el error. Esta vez hemos hecho algo más fresco. Que suene más a directo. Somos seres humanos y somos imperfectos. Aquí lo importante son las canciones, los detalles son más secundarios.

Hay un detalle en el libreto del disco que me gusta, y es que salen todos los músicos de tu banda.

Para mí es fundamental que así sea. Soy el autor de las canciones pero la decisión de poner a cada músico en una página del libreto para mí es importante. No es un trabajo sólo mío, sino un curro en equipo, de mucha gente.

Paco Loco se ha encargado de la producción y, cada vez más, sus estudios se están convirtiendo en un lugar de peregrinaje para cualquier solista o banda independiente que se precie.

Ha sido una experiencia muy positiva. Me apetecía especialmente grabar allí porque buscábamos un sonido muy concreto. Veníamos de grabar Más allá de uno mismo a lo largo de casi un año entre la preproducción y la grabación propiamente dicha. Paco era idóneo para conseguir la frescura que buscábamos. Imperfectos está grabado en seis días, conviviendo todos en la misma casa. Tiene su casa allí, que es muy cómoda, donde nos alojamos todos los músicos que vamos a grabar allí y el estudio aparte. No le conocíamos y me gusta mucho su método de trabajo. Elimina la presión desde el principio. Venía de comerme mucho la olla con las grabaciones y aquí aprendí a disfrutar de una grabación.



¿Llegasteis a hacer esas boogie nights que organiza Enrique Bunbury con los músicos que pasan por el estudio de Paco Loco?

No. ¿En qué consisten?

Son unas cenas que Enrique Bunbury, que vive allí, hace con algunos de los grupos que pasan por el estudio de Paco Loco.

Algo había oído. (Risas) No. Paco nos ofreció alojamiento completo. Muni, su mujer, aparte de cantar fenomenal, que está ahora con Remate cocinaba fenomenal. En nuestro caso, la cosa estaba difícil porque éramos nueve músicos. Me consta que músicos como Polar o Alondra Bentley han vuelto con un par de kilos de más de sus grabaciones. (Risas)

¿Cómo te defines más, cantautor o retratista de la realidad?

No me gusta mucho el término cantautor. Por el sentido con el que se toma, sobre todo. Ambos conceptos se podrían unir y complementar: soy un cantautor retratista. Siempre digo que hago música de autor, que es distinto a cantautor. La música de autor, como el cine de autor, es más personal, más comprometida. Soy cantautor porque hago mis letras, mis melodías y las defiendo. Quiero huir un poco de ese término porque, aunque no tengamos nombre de conjunto somos una banda de rock. Me gusta lo que me has dicho de retratista, porque me gusta mucho retratar a las personas.

En el disco hablas de Música fácil en tiempos duros y en los agradecimientos dices “este trabajo está dedicado a los músicos de vocación, a todos aquellos que sólo perciben la pureza de la música”. ¿Aquí no hay una contradicción?

Creo que no. Siempre he definido mi música como sencilla. Me salen así las canciones. Con cinco o seis acordes y poquito conocimiento puedes transmitir muchas cosas. No tengo por qué acomplejarme, o acomplejar mi música por este motivo. Lo de “música fácil” es un guiño. Viene de una anécdota que me pasó en un concierto en Valencia. Escuché un bulo por el público de un tipo que decía “Ah, soy Manolo Tarancón y hago música fácil” (con sorna). A lo que me refiero en los créditos es que hay mucho intruso que quiere estar en el mundo de la música por otros motivos que tienen más que ver con la fama que con otra cosa. Quien es músico de verdad es el que se levanta por la mañana y tiene ganas de tocar. El que graba un disco como excusa para poder salir a tocar en directo.

Pero una cosa es la música sencilla y otra es la música fácil

Te entiendo. Viene más por eso que te digo. El contexto de la canción es mucho más amplio que esa sóla idea.

¿Ha habido algún “pecador” que te haya llamado la atención?

Lo dudo mucho. Me llaman la atención los músicos de verdad. Hay gente que está en el mainstream y que me gustan mucho. Amaral, sin ir más lejos, es una banda que hace cosas muy interesantes. Han conseguido su sonido, sus metas y además son unos tipos que vienen peleando el garito desde muy jóvenes. Es un gran ejemplo de todo esto. Como grupo me dicen muchas cosas aunque no estén dentro de la música independiente.




Grabaste en una sóla mañana Íntimos, para la revista EFE EME. ¿Crees es la espontaneidad como arma para convencer?
Sí. Es lo que te comentaba al principio. Cuando te metes en procesos largos pierdes el punto de vista. El hecho de grabarlo en una mañana es arriesgado porque te puede salir mal. Pero tampoco teníamos otra opción. (Risas) Hubo algunas canciones en las que ni siquiera utilicé el metrónomo. Sobre todo me lo pasé muy bien. Esa espontaneidad se transmite en el disco.

Quizá no vaya por ahí, pero con los antecedentes de Leonard Cohen en su First We Take Manhattan y posteriormente la versión de Morente y los Lagartija en "Omega", que un cantautor mencione Berlín en una canción tiene un cierto simbolismo

Es coincidencia (Risas). Lo que quería transmitir es la fuerza que tuvo el Muro de Berlín después de tantos conflictos internacionales. Sólo es una metáfora de la dureza, la solidez del muro. Es algo puramente anecdótico pero la verdad que mola lo que me comentas.

¿Te has enfrentado al folio en blanco?

Sí, si, sí … Hay un tema del primer disco que va sobre esto: Nada que hacer. Cuando estudiaba, me acuerdo que un día nos propusieron en una clase de crítica literaria, dando los escritores románticos, Virginia Wolf en concreto, una técnica que se llamaba “de libre conciencia”. Consistía en enfrentarte a un papel en blanco y escribir lo que en ese momento te salía. Compuse esa canción mientras esperaba la llamada de un par de colegas. Me salió lo que me estaba pasando mientras la estaba escribiendo. Muchas veces hay que enfrentarse al folio en blanco. Algunas veces lo rellenas y otras se queda en blanco. No el hecho de ponerte delante de un folio significa que vayas a escribir algo bueno.

Tienes un tema llamado Con la magia a otro lugar. ¿Te quedaste a gusto?

(Risas) Sí, la verdad que sí. Ya tenía la canción compuesta antes de terminar el disco anterior. La quise grabar pero al final entró como bonus track Postre americano. Mi productor me preguntó si estaba seguro de querer incluir una canción así. Dijo que me había pasado tres pueblos. No me arrepiento. Es algo que me pasó, una situación de mi vida en la que lo pasé muy mal por alguien que no se portó excesivamente bien y la música fue una buena terapia. Me gusta mucho esta canción porque aunamos una melodía alegre, incluso cómica por momentos, con una situación y una historia bastante dura. Estoy muy contento de haber conseguido este equilibrio.

Que es lo más difícil...

Sí, ya me pasó con Ahora. Lo que pasa es que esta canción no era mía, sino de un buen amigo. El ritmo de la canción era absolutamente country. Cuando alguien te deja lo normal es estar jodido. Lo raro sería que pasado el tiempo te siguiera pasando lo mismo.

Pero Ahora la regrabaste en clave más decadente ¿no?

Sí. Hay una versión más tranquila grabada en acústico para el disco de Efe Eme.



No puedo dejar de preguntarte por Antonio Vega. Más en tu caso que compartiste escenario con él.
¿Qué legado te ha dejado en forma de canciones?

A mí me dejó una sensación buenísima. La dedicatoria del disco de la que hablábamos antes va en buena parte por él. Nos demostró que se puede ser alguien hiper mediático y a la vez de lo más sencillo, abierto y receptivo. Antes de cualquier cosa venía y te saludaba. Aluciné en un concierto que dimos en Gandía abriendo su concierto, en el que en la prueba de sonido vino a levantar su ampli para que pudiésemos hacer la prueba de sonido mejor, incluso llevando backliners. Le daba igual. Si necesitabas algo, te ayudaba. Él estaba siguiendo la evolución de mi trabajo por aquel entonces y notabas como se interesaba de verdad, no por compromiso. Es una pena porque sabía que estaba preparando un disco en directo y canciones nuevas. Es un tipo del que tenemos mucho que aprender, sobre todo de su esencia.

¿Con qué canción te quedas?

Elixir de juventud me encantaba. Anatomía de una ola o El sitio de mi recreo, que la he hecho mucho en directo con Txema Mendizabal. Es un tema que roza la perfección.

Dime dos momentos de tu carrera con los que te quedes una vez pasado el tiempo

El día que Nacho Vegas me invitó en el Día de la Música a tocar con él El hombre que casi conoció a Michi Panero fue muy especial. También el día que conocí a Antonio fue un momento muy bonito. El día que dimos nuestro primer concierto en Costello en Madrid. Era la primera vez que actuábamos en un sitio en Madrid con una acústica adecuada y ante bastante gente.

KIKE DEL TORO

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