viernes, 19 de junio de 2009

crónica

2.000 personas abarrotaron la presentación de La Oreja de Van Gogh en la capital

Madrid: prueba superada, pero no con nota


**1/2 / *****


LA OREJA DE VAN GOGH - Palacio de Congresos del Campo de las Naciones (18 de junio de 2009)




Pocos apostaban, (entre los que me incluyo) porque La Oreja de Van Gogh levantaran el vuelo tras la marcha de Amaia Montero. No por nada en especial, sino por mera vista atrás y por antecedentes pretéritos que no colocaban en la mejor posición al quinteto (en ese momento cuarteto) de Donosti. Pero cosas que pasan. Hoy en día, La Oreja, con Leire a la cabeza, es uno de los escasos grupos privilegiados cuyas cifras de ventas se acercan peligrosamente a los seis dígitos y el número de conciertos contratados asciende al medio centenar en uno de los años más difíciles que se recuerdan para este arte en todos los aspectos.

Mucha culpa de este éxito la tiene su cuidadísima campaña promocional, su constante (y cansina) presencia en la radiofórmula de turno y, por qué no decirlo, la calidad de un disco de pop sencillo que dista mucho del desastre de Guapa, firmado cuatro años atrás y único desliz en la carrera de un grupo sincero, eficaz y, por momentos, infravalorado por su alcance masivo.



La de anoche era una cita especial para el grupo: su primer concierto oficial en la capital con la nueva formación. Quizá temerosos de registrar una entrada pobre en uno de los pabellones deportivos de la ciudad, optaron por el Palacio de Congresos (lleno hasta la bandera: 2.000 personas) y la jugada les salió bastante bien.

Las comparaciones son odiosas, pero en este caso, inevitables. Leire estaba en el ojo del huracán y, aún así, logró salir airosa (que no triunfal) de su prueba de fuego. La vasca tiene una buena voz, algo pobre en matices pero solvente en cualquier caso. Quizá se echó en falta una personalidad más sólida, una interpretación menos lineal y, en definitiva, unas cuantas tablas más que evitaran que, por momentos, se echara de menos al torbellino Amaia.

Apoyados en todo momento por un repertorio de conocimiento popular y extensión considerable, fueron desgranando lo mejor de todas sus etapas y no fueron pocas las veces en las que el auditorio se puso en pie ovacionándoles. Los temas de A las cinco en el Astoria, aunque inferiores respecto a los grandes éxitos del grupo, quedaron correctamente integrados entre Rosas, París, Cuídate o una muy buena versión de Deseos de cosas imposibles.



Momento álgido el de Jueves, como no podía ser de otra manera, en el que Leire sí sacó sus garras y se hizo con el mando. Quedó claro que Europa VII, además de ser un gran single, gana enteros en directo. Para ellos (y para los fans) será un concierto a recordar, pero como Leire bien dijo, esta sólo es la primera de muchas veces. La próxima se espera mejor.


KIKE DEL TORO
FOTOS: ANA VAQUERO

No hay comentarios:

Publicar un comentario