domingo, 21 de junio de 2009

crítica

El zaragozano actuó (y llenó) Las Ventas por primera vez en sus 22 años de carrera

El infierno de Bunbury toca el cielo en Madrid

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BUNBURY - Plaza de Toros de Las Ventas (20 de junio de 2009)



No cabe duda, de que, nostaligias huracaneras aparte, Hellville de Tour está siendo LA GIRA de la carrera de Enrique Bunbury. Nunca en su dilatada trayectoria el zaragozano se había visto en la tesitura de tocar en grandes recintos. En octubre se atrevió con el Palacio de los deportes de la capital y congregó a 12.000 seguidores. Anoche llenó Las Ventas y además congregó a 3.000 fans más que en su anterior cita.

Tocar en Las Ventas no significa tenerlo todo de cara. Me explico: la plaza de toros, aunque hermosa y simbólica como ella sola para el rock español, no siempre tiene la mejor acústica y ayer Bunbury ofreció un concierto notable como acostumbra pero en el que no se salió del todo.

Si obviamos ese problema (o falta de) sonido en algunas partes del recinto, lo demás poco importó. La cita de anoche fue una grandiosa recompensa a doce años de carrera en solitario que el maño repasó equilibradamente a lo largo de 24 canciones en dos horas y media.

Arrancó, nervioso como pocas veces se le ha visto, con El Club de los Imposibles (normal, la situación lo justifica) y La señorita hermafrodita. Dentro de su inesperada timidez se arrancó por fin en Bujias para el dolor, acompañado por Phill Manzanera para tan especial ocasión. A partir de aquí todo tomó el cariz habitual de sus actuaciones. Pasíon, energía, estética excéntrica y chulería escénica para justificar su condición de titán del rock español.


Momento especial el de El extranjero, que dedicó a los marroquíes y sudamericanos residentes en Madrid o la siempre agradecida 200 huesos y un collar de calaveras en la que el zaragozano nombró a un Iker (suponemos Iker Jiménez, por el escabrismo del título).

El hombre delgado que no flaqueará jamás, revalidando su posición de nuevo clásico del músico, , El rescate, Apuesta por el rock and roll y Lady Blue conducieron al final del primer bloque del show.

Y aquí llegó el Bunbury genial, la chispa (adecuada u oportuna, es igual) en la que sutilmente pasa de gustar a secas a emocionar y encandilar con cada gesto que hace. Sus palabras lo dijeron todo: “Esta es la primera vez en 20 años de carrera que toco solo en Las Ventas, y, probablemente sea la última, así que si me lo permiten voy a disfrutar”. Después sonó El porqué de tus silencios pero sus palabras ya habían dicho todo.

No me llames cariño, El jinete, Canto, Al final y para terminar, como no podía ser de otra forma, El tiempo de las cerezas, bella pieza que puso punto final a una noche histórica para el cantante y también para sus fans.


En octubre llegarán Las Consecuencias, un disco que, ja, a saber cómo será. Quizá vuelva a los teatros, a las salas pequeñas o, directamente, ni haga gira. Imprevisible es su mejor definición. De momento, y aunque el concierto de anoche definitivamente no fuera el mejor de los que ha realizado desde el pasado septiembre, queda el poso de uno de los mejores tours realizados por España desde la época gloriosa de Miguel Ríos.


KIKE DEL TORO
FOTOS:
http://blogbunburyclub.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Excelente crónica. Enlazada desde

    http://ricardo-moreno.blogspot.com/2009/06/bunbury-hellville-de-tour-2009-madrid.html

    Saludos!

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  2. Hola Kike!! gracias por tu comentario en Bunburyclub.com. Te he enlazado tu excelente crononica. Un abrazo!!

    Juan Garrancho

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