sábado, 7 de noviembre de 2009

CRÓNICA - I TWO DAY FESTIVAL 09´ - PABELLÓN MULTIUSOS SÁNCHEZ PARAÍSO (SALAMANCA)

Sensación agridulce en el arranque del Two Day Festival

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TWO DAY FESTIVAL 09´ - Pabellón Multiusos Sánchez Paraíso (Salamanca) - 6 de noviembre de 2009



Este festival nace, según sus organizadores, para ser la gran última cita del indie nacional. La cosa va así: cartelazo (14 artistas) durante dos días consecutivos. El primero, en Salamanca (anoche). Hoy en Valladolid. ¿Resumen rápido? Quién mucho abarca... poco aprieta.

El plantel de artistas era variado y extenso. La ausencia de un cabeza de cartel claro (no por la calidad o ausencia de ella de los grupos en cuestión, sino por la duración de los shows) fue determinante para que anoche algo menos de 2.000 personas (en el mejor momento de la jornada) se acercaran al Multiusos de Salamanca, un pabellón con capacidad para 7.000... para dar la bienvenida a un festival que, presumiblemente, deberá cambiar alguno de sus planteamientos.

El hostiazo de afluencia estuvo presente toda la noche. Salir a un pabellón desangelado a tocar no es lo más agradable del mundo, pero la inesperada “putadilla” puso en jaque a un grupo de artistas que se lo tuvo que currar más de lo normal para llegar a sus seguidores.

Arrancó la jornada Zahara allá por las 6 de la tarde. Nuestra chica pop sonríe, coquetea, rockandrollea y, sobre todo, demuestra buen gusto en todo lo que hace encima del escenario. Sus chicos fabulosos dan cuerpo a las canciones que la de Úbeda defendió durante años en garitos. Destacó Tú me llevas con ese bombo resonando en un pabellón vacío. O Funeral, sobresaliente. Y sí, tocó Merezco.



Elastic Band fueron los segundos. Mandolina en mano, los granadinos se rieron (con respeto) de todos los topicazos que rodean el a veces obsoleto esteticismo del rock. Sus canciones no se entienden sin el carisma en directo de un trío solvente, de un vocalista un poco desequilibrado (es un piropo) y de una extraña (porque no se estila) voluntad de reinventar las cosas que ya hemos visto cien veces en otros artistas.

Ana Fernández Villaverde, alias La Bien Querida no quería ser cantante. Ni famosa. Quizás ésto explica su vergüenza escénica y su algo aburrido estatismo. Con todo, nadie niega que Romancero es uno de los discos del año. Un ejercicio de pop mestizo que el respetable recibió con gusto (había una pancarta que rezaba “Temazo Pop”). Su banda, entre los que se encuentra David Rodríguez, productor de su disco, está ya consolidada tras rodar por unos cuantos escenarios de la Península. Después, Ana flipó ante el gran número de fans que le pidieron fotos mientras veía los demás conciertos del festival desde la pista.

Excepticismo respecto a la presencia de los suecos Billie The Vision And The Dancers en el festival. Tuvieron su público específico y, sólo por su excéntrica propuesta (y vestuario, y vocalista, y puesta en escena...) mereció la pena ver algo distinto por esas tempranas horas.

Cuando salió Cooper al escenario casi 1.000 personas pululaban ya por el Multiusos. Poco dado a la expresividad, Alejandro Díez volvió a demostrar que la experiencia (la suya, en concreto) es un grado. Quizá en su mejor momento en directo desde que arrancara su carrera en solitario (lo dijo también Chema Rey en la presentación del músico), el leonés cantó temazos como Steph o La edad de la inocencia.



Lo que es imperdonable es la lamentable (no hay término más amable) acústica del pabellón que, de la mitad de la pista hacia atrás apenas se distinguía la música procedente del escenario del eco de la batería resonando con su correspondiente e insoportable retardo en las paredes del pabellón. No fue cosa de Cooper, por supuesto, pero en su concierto en particular se notó en exceso las limitaciones acústicas del recinto.

La disposición de los grupos, en general, no fue la más acertada. Colocar a Christina Rosenvinge y a Russian Red juntas (previo concierto de La Bien Querida) es un poco matador. Y no porque el folk no sea el género más animado del mundo. Si no porque, precisamente, los minimalismos de la rubia más importante del rock independiente o los de Lourdes Hernández se disfrutan mucho más en un entorno más íntimo.

El escenario se le quedó grande a Rosenvinge, en un concierto que el público recibió con apatía. Incluso, siendo Tu labio superior la cumbre de su carrera casi con toda seguridad. Conseguir el grado de complicidad con el público y la sinergia perfecta con la banda (entre la que se encuentra Charlie Bautista, también con Russian) en poco más de media hora es tarea ardua. Y corta el rollo a cualquiera. Christina se ha ganado a pulso el respeto unánime de la crítica y del público. Pero no. Anoche no convenció.

Lourdes Hernández tomó el relevo de Christina. Ya ante un público expectante por la salida de Sidonie al escenario, el estruendo cuando salió la madrileña fue de órdago. No es para menos. Todo está dicho ya de su debut. El triunfo de la naturalidad y la normalidad. Russian aparece con su guitarra y algo hace click en el cerebro de su público más allá del extendido “Russian-me-tiene-que-gustar-porque-soy-indie”. Lourdes encandila con su voz. A veces desmedida, a veces exquisitamente comedida en uno de los repertorios con más buen gusto de la noche: Cigarrettes, The don´t believe... Lanzo pregunta: ¿No tocó Nice Thick Feathers?. Juraría que no … pero ya dudo. Si no la incluyó en el repertorio, desde luego, fue una jugada valiente a lo Dylan que es de admirar.



Y por fin se hizo El incendio. El concierto que muchos de los presentes llevaban esperando desde hacía horas. Les vimos en Joy Eslava la noche anterior y las ganas no fueron las mismas, siendo sinceros. Pero sorpresas te da la vida: si la noche anterior todo había sido corrección, perfeccionismo, poses rockistas diseñadas más para la prensa gráfica que para su disfrute personal… en Salamanca se salieron.

Cañeros desde el principio, espontáneos, gamberros. Sidonie en estado puro, demostrando que son carne de multitudes (y no es algo negativo, es un resultado merecido). Jesus anima fervientemente al público y Marc incita a que su sobresaliente repertorio se coree como si no hubiera mañana. Por las horas, Moog fue el momento de la noche, pero también La sombra, Un día más en la vida (Con Zahara) o El incendio. Una chica se resbaló dos veces (con sendos hostiazos en sus corresponidentes nalgas). Pero acto seguido se levantaba y seguía bailando como si les fuera la vida en ello. En eso consisten los conciertos de Sidonie. El grupo y su público, plenamente libre, disfrutando de la jugada, y ellos coronandose como los grandes ganadores del festival (por número de asistentes y calidad del concierto). Y por fín, honraron en directo un álbum tan sobresaliente como su último trabajo.

Había cierta curiosidad con Iván Ferreiro. Muchos meses sin actuar en directo con banda. Pero, como decíamos antes, la experiencia de uno de los compositores más brillantes del pop español es un grado. Iván ofreció una amplia gama de poses y recursos interpretativos que cada vez definen su personalidad escénica de una forma más característica. Su situación en stand by (está preparando su tercer disco) hizo que no ofreciera nada nuevo. Pero escuchar la crudeza de Ciudadano A en directo no tiene precio. O la grandiosidad de Toda la verdad, Canciones para el tiempo y la distancia y El viaje de Chihiro. Otro de los peces gordos de la noche.



Después de Iván la cosa ya fue a menos. No por la calidad de los grupos, sino por una asistencia que fue reduciendose paulatinamente hasta que la cosa quedó en unas 600 personas en los dos últimos conciertos. Mucho tuvo que ver la larguísima espera (una hora) hasta que Magic Arm (con calzador en el cartel) actuaran como teloneros de Camera Obscura. Algunos aprovecharon a dormir (verídico), otros quemaron sus últimos cartuchos.

Era la primera vez que la formación actuaba en Salamanca en los diez años que vienen tocando por España (son escoceses). Pop folk de altura con una banda que bien podría encajar en el blues o en el soul, géneros que involuntariamente acarician en un directo eficaz, pero soberanamente soso.

Y ya a las 4 de la mañana: Second. Nos dió cierta pena que una banda de su nivel tuviera que actuar ante tan escasa audiencia. Ante la jodienda, uno puede achantarse y tocar por cumplir o entregarse a los pocos que quedan. Los murcianos optaron por lo segundo. Rincón exquisito, Palabras, A las 10, Invisible, Horas de humo... todo temones durante 45 minutos en los que José Ángel (vocalista) se desgañita, escala estructuras (con el correspondiente pensamiento de “ qué jefe, pero como se caiga...”), salta al público, o lo sube al escenario con ellos a tocar Todas las cosas, himno personal del grupo. Zahara (sí, doce horas después y por tercera vez) hizo a dúo Conocerte. El momento más especial: Más suerte, con Nando, Javi y Jorge desde el suelo desgranando la mejor canción de Fracciones de un segundo (y una de las mejores del último pop español).



¿Conclusiones? Demasiados artistas en un festival que se podría haber partido en dos (se entiende, dos días en Valladolid, dos días en Salamanca) y haberse llevado a una sala de aforo más modesto, que no evidenciase la decepcionante asistencia de un evento que debería haber nacido con ambiciones más controladas.

Y cuatro nombres propios que, a nuestro juicio, definen el presente y el futuro del pop nacional: Sidonie, Second, Zahara y Elastic Band.

KIKE DEL TORO
FOTOS: RAMÓN MATÍAS

3 comentarios:

  1. VALLADOLID
    Resumen. Buen cartel. Mala, malísima organización.

    MAL que si entrabas pronto , no te dejaran salir hasta las 10.
    MAL por no informar de los horarios de las actuaciones.
    MAL que los tiempos muertos entre grupos fuesen casi iguales que los de las actuaciones.
    MAL provisiones/previsiones de las barras.
    MAL Orden de las actuaciones.


    Estamos de acuerdo en que, quien mucho abarca poco aprieta.
    A ver si mejora en sucesivas ocasiones. Se echa de menos mercadillo ropa disco, comida... en fin lo normal en otros festivales.

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  2. Fatal la verdad la organización. NO puede ser que toquen tan poco ls grupos, 45min para los cabezas de cartel es de risa. si casi estan mas tiempo preprando el sonido... asi no se puede.
    Con la mitad de grupos o dividir el cartel como se comenta en el articulo sería mucho mejor.
    En el concierto de Sidonie (el mejor para mi gusto) el publico pedia mas tiempo y los organizadores se miraron y dijeron que nada...

    Es una pena que el resultado haya sido tan malo en cuanto a afluencia y a organización porque el proposito es bueno. En fin, ojala haya una segunda oprtunidad el año que viene (aunque yo lo dudo mucho) se aprenda de los errores y sea un éxito.

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  3. gracias x hcer mencionar los nalgazos qpegué cntra el suelo,,,efectos klaros del alcohol qýevaba ncima y la euforia qdesprende sidonie actuando!!!!!!!la verdad sq la organizacion del festival ha djado mtxo q desear,y la movida dq no te djaran salir hsta las 10 del recinto y el elevado precio de los katxis han sido solo una sombra qha kedado tras los momentazos qnos han htxo vivir y sentir nuestra fabulosa ZAHARA,los inkansables SIDONIE y SECOND y los sentimientos qnos transmitió LA BIEN QUERIDA,ntre eso y la kolada en los kamerinos,dnde conocimos lo mjor d ellos han hecho olvidarnos dlas kosas malas y kedarnos cn esta sonrisa en la boka =) "morita tirita"

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