jueves, 19 de noviembre de 2009

CRÓNICA - SECOND - SALA EL SOL

Rodando... y apuntando a lo más alto

****1/2
SECOND – Sala El Sol – 19 de noviembre de 2009



No sabemos cómo concebiría Second una noche como la de ayer. Lo que, desde fuera, está claro es que lo que las 400 personas que abarrotaron El Sol vieron anoche fue el último capítulo de una etapa bonita, llena de inolvidables momentos, grandes conciertos y situaciones de todo tipo que ahora se cierra para hacerse grande, mucho más grande.

Esta gira constata el buen hacer en directo de una banda gestada hace ya diez años. Han dejado atrás sus tiempos mozos en los que la influencia de los Smiths rozaba la aspiracionalidad irracional y ahora, en castellano, aunque sobre decirlo, han conseguido un sello propio, inconfundible, que bebe de la misma forma de la elegancia de los Pulp que de los Danza Invisible de la época de Ricardo Texidó (de hecho, hacen una notable versión de este "hitazo" en el concierto).


Curtidos en este escenario -quinta vez en La Sala- y conocedores de que anoche lo tenían todo de cara -todo el papel vendido con diez días de antelación-, Fran, Jorge, Nando, Javi y, segundos después, José Ángel, salieron al escenario de El Sol con una de las piezas más delicadas y apreciadas por sus seguidores: Rincón exquisito, "radioheadiana" declaración de intenciones de unos murcianos que dicen querer lanzar su mensaje a todo el universo.

Palabras, más rockera en directo, contundente quizás, con ese punteo tan The Edge (obviamente, salvando las distancias) de Jorge Guirao que envuelve una letra con ese halo melancólico característico que rodea muchas de las canciones de Fracciones de un segundo. Invisible, con una base de club más acentuada es la tercera en caer (y la única en inglés). Uno puede pensar que están muy seguros de sí mismos despachando sus tres mayores hits de un plumazo. Sí, deben de estarlo. Pero la cosa no decae.

A las 10 y Dicen dan buena prueba de que su último trabajo es también una colección de pop comercial a prueba de bombas. De primeras, hasta siete singles potenciales podrían haberse presentado a la radio. El ritmo y, un poco, la intensidad baja con Nuevos secretos y Nada te dirige, tema con una cadencia inmensa que el público entona como si se tratase de un himno personal. (Y me he cansado de esperar... por una vez me toca a mí...)


José Ángel no está especialmente comunicativo (el límite horario de la sala pudo influir en ésto). Incluso se nota una cierta descoordinación por cualesquiera fueran los problemas técnicos entre ellos. Pero eso al público no le importa. Se nota cuando Rodamos provoca el revuelo popular más intenso de la noche. Cañonazo en directo que quizá de alguna pista sobre cómo será la continuación de su cuarto trabajo.

Más suerte cierra el primer bloque. Seis señores minutos de genialidad en la que, como si de una reunión milagrosa de astros se tratara, se juntan todos esos detalles, sobre todo los indescriptibles, para dar forma a la mejor canción del grupo en sus muchos años de carrera.

Ya en los bises hubo tiempo para Algo, ligeramente redefinida en clave acústica, y Horas de humo, otra de esas canciones con carácter épico, con una letra que no se puede, ni debe explicar, sólo escuchar. Y más estribillos: En el viaje y, sobre todo, Todas las cosas. Su canción más optimista. No la mejor, pero sí un himno personal que creó una emotiva estampa con todo el público entregado arriba y abajo del escenario.

Probablemente es la última vez que actúen en una sala de estas dimensiones en la capital. Al menos, presentando un disco oficialmente. Y eso, le dió a la velada -breve, único defecto de la misma- un cierto "yo que sé" entre nostalgia y optimismo por el futuro ilimitado de un grupo que se merece estar donde está. Y llegar donde se propongan.

EL DATO: Cool Frog, teloneros anoche, repetirán en la Ciudad Condal la semana que viene. Échale un vistazo a su My Space. En directo, merecieron la pena.

KIKE DEL TORO
FOTOS: RAMÓN MATÍAS

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