jueves, 23 de julio de 2009

CRÓNICA - REBECA JIMÉNEZ - CLAMORES

Todo el mundo quiere a Rebeca Jiménez

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REBECA JIMÉNEZ - Sala Clamores - (22 de julio de 2009)


Puede parecer una idea un poco utópica pero ¿por qué nadie tiene la genial idea de, por una vez, editar un disco cuando ya se ha rodado por toda la geografía española? Sería lo ideal que el cd permitiera captar todos esos matices y sensaciones que en un estudio de grabación quedan un poco disipados. Algo así ocurre con Rebeca Jiménez. Anoche, la cantante cerraba el cupo de actuaciones madrileñas de este año con un show íntimo y emotivo en el que la sencillez y la honestidad (tan brutal como la de Calamaro) ganó por goleada.

Todo llegará, su primer disco, capta todas esas buenas intenciones pero no las resuleve de una manera conmovedora. Mucho tiene que ver que es un debut y que nadie es perfecto. Pero es que hay tanta diferencia en tantos aspectos del estudio de grabación al concierto que el disco mengüa un poco.


Rebeca tiene el poso amargo de Aurora Beltrán y la aspereza de Chrissie Hynde, pero también la elegancia de Eva Amaral o la dulzura melancólica de Luz Casal. Y además un plus de personalidad propia que la hace sonar a mucha gente y no sonar a nadie a la vez. Lo de Clamores fue un show acústico de rock de altura en el que la cantante se proclamó como la compositora novel más destacada del rock femenino nacional. Y eso que pocas guitarras distorsionadas (vamos, ninguna) sonaron. Desde el escenario de la “hermana pequeña” de Galileo Galilei (como ella misma la llama) la madrileña se despidió del público de la capital hasta finales de año.

Repasó todos los temas de su todavía incipiente debut (aunque lleva un año a la venta, se acaba de publicar una reedición en la que aparecen Ruben y Leyva de Pereza y Carlos Tarque) y se atrevió con unas cuantas versiones. Lucinda Williams se llevó la palma. Aún flipada por su concierto en Los Veranos de la Villa de Madrid, nos regaló dos momentos de gran complicidad con su banda y respeto escénico por la cantante.

Cantó por el desaparecido Enrique Urquijo o por Quique González. Su hermana, la actriz Lucía Jiménez, también subió al escenario para interpretar Antes de Marchar. Y todo quedó muy bien. Precisamente porque, como ella mismo dijo unas horas antes en entrevista, tampoco tiene la pretensión de superar a nadie, sino ser consecuente consigo misma.


Lo fue y ofreció un concierto sentido, sin complejos, para amigos (150 personas aproximadamente). Quizá todavía no ha entrado en la primera liga del pop - rock nacional en lo que a popularidad mediática se refiere, pero puede decir que tiene al menos tres o cuatro canciones dignas de ser comparadas con la de grandes autores como Antonio Vega o el mencionado Urquijo.

KIKE DEL TORO

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