martes, 14 de julio de 2009

ENTREVISTA A COOPER

“No es mi cultura hacer los conciertos de tres horas de Bruce Springsteen”



Han pasado 25 años desde que Alejandro Díaz, ahora alias Cooper, aterrizó en el mundo de la música. Ha sido técnico de sonido, dueño de una tienda de música, miembro de los actualmente disueltos Los Flechazos y ahora propietario de una de las propuestas más interesantes del pop español del siglo XXI. No es un músico al uso. Es amable y cordial en todo momento, pero no complaciente con el mundo que le rodea, a él y a la música. No se si le gustarán excesivamente las entrevistas pero da la sensación por sus palabras que Cooper está mucho más feliz en su universo de revistas musicales y discos de colección, de los que habla con pasión. O componiendo una canción, o preparando un concierto. Hace diez días nos atendió por teléfono y nos contó algunos detalles sobre Aeropuerto, su nuevo disco – recopilatorio, su gira de festivales y su interés por los grupos de los sesenta y setenta.

Cuéntame un poco sobre Aeropuerto

¿Qué quieres saber?

Pues para empezar qué tienen de inspiradores los aeropuertos para haber titulado el disco así

Mira. No era un sitio que yo frecuentara mucho porque no volaba y de repente me ha tocado coger muchos aviones. Tienen una estética retro que me atraía de diferentes épocas y además es un concepto bastante moderno de la manera de viajar, de moverse de un sitio a otro. Y es una palabra bonita, que es lo principal.

¿Estás satisfecho con el resultado de este disco?

No al cien por cien. Es un disco que tiene canciones muy chulas. Por el hecho de ser un recopilatorio se ha perdido un poco la uniformidad que debe tener un disco normal. Estamos a años luz de poder permitirnos hacer el disco que nos de la gana sin que nadie nos cuestione. El resultado está muy bien. A la gente le ha gustado mucho, pero no tiene que ver mucho con mi opinión. En realidad es el disco que mejor está funcionando de Cooper. Para mí supone el cierre de una etapa y a partir de ahora las cosas pueden ir de otra manera e irán, de hecho.

¿Hacia donde te diriges? O no lo tienes ni tu mismo claro.

No lo se todavía.

Este verano recorres catorce festivales presentando el disco. ¿Qué supone para tí tocar en el Fib?

Es ya la cuarta vez. La primera con Los Flechazos y otras tres veces en solitario. Estoy a gusto. Es de los conciertos en los que me sigo poniendo un poco nervioso. Este año, igual que la vez anterior vamos a abrir el Escenario Verde por lo que hay menos responsabilidad. Vamos a hacer algo más relajado. Un concierto muy diferente. He defendido mucho este festival. Nació de donde tenía que nacer. Las propuestas que de verdad merecen la pena surgen con el corazón, con ilusión. Recuerdo la primera edición con mucho cariño y el resto en las que he estado, ya sea como público o como artista.


“ Encontrar una sala de conciertos con un buen equipo de sonido, buenos camerinos y la acústica adecuada es una tarea muy dificil hoy en día”

¿Recuerdas alguna edición especialmente aparte de la primera?

La del 2002. Si te digo la verdad no me acuerdo exactamente de quienes tocaron. No te voy a decir el clásico de “estuve todo el festival borracho”, pero prácticamente. (Risas) Se que tocaban Supergrass porque llegué cuando estaban actuando ellos y creo que también Franz Ferdinand, en el año en que explotaron.

¿Cuál es el tipo de escenario que más te gusta para tocar en directo?

Cada uno tiene su historia. El festival no es el mejor por la acumulación de sonidos y conciertos que ves. Pierdes un poco la perspectiva cuando llevas cuatro o cinco shows. Lo que está bien es que en Benicassim tocamos media hora. Me gustan más que los conciertos de una hora. Cuando veo críticas de “fueron un poco rácanos por tocar hora y media” se me ponen los pelos de punta. En Inglaterra los grupos tocan cinco canciones y luego va otro. No es mi cultura dar los conciertos de Bruce Springsteen. Por otra parte me gustan mucho los acústicos que hemos hecho en teatros con proyecciones, pero tampoco creo que sea el formato idóneo. En las salas, lo gracioso es que como tienes que romper el hielo con la gente, hablo mucho más de lo que acostumbro y termino diciendo muchas tonterías y eso puede estar bien. A veces, otras veces no. (Se ríe). Los conciertos más naturales son los de las salas. Lo que pasa que para encontrar una que esté adaptada como sitio de conciertos como tal, con un equipo de sonido decente y unos buenos camerinos está difícil.
Los conciertos en Joy Eslava o Apolo son los recintos en los que nos gustaría tocar siempre.

“A mí en general la gente no me gusta nada. Doy muchas oportunidades pero estoy muy desencantado. La filantropía de Machado no va conmigo”

Hay una canción que tienes que me ha llamado la atención: La edad de la inocencia. Es curioso pero en los músicos hay una tendencia a hablar de este tema cuando va pasando el tiempo. La ausencia de ella, la pérdida de la misma.

No me lo he planteado nunca. La canción intenta trasladar la idea de la felicidad absoluta que te imprime la incosciencia, como decían el otro día en un programa de la televisión. Cuando eres un incosciente todo va bien, y eres feliz. Es un poco la idea de Machado esa de Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Es la referencia más evidente. Acabo de tener una hija y tengo una mujer que siempre está sonriendo. Las miro y digo: ¡jo, que envidia!, que os dure mucho. Me da mucho miedo como mi hija se va a encontrar con la gente de bruces. A mi en general la gente no me gusta nada.

Qué contundente (Risas de ambos)

Doy muchas oportunidades, pero hay que buscar mucho. Estoy muy desencantado. A diferencia de Machado, a mí lo de la filantropía no es para mí. Intento estar rodeado de gente que me quiere, que merece la pena, pero en líneas generales la gente es muy fea.



Has vivido en muchas y diferentes ciudades. ¿Te podrías quedar con alguna? ¿Hay algún sitio con el que te identificas más?

Me siento muy bien en muchos sitios, porque he vivido en todas partes. Tengo muchos recuerdos de muchos lugares. Soy de muchos sitios y de ningún lado. En todas partes pone que soy leonés. No lo soy, pero me gusta mucho esta ciudad. Nací en Alicante, me siento muy de San Sebastían. Me gusta mucho Madrid, igual que Barcelona. Si tuviera que perderme para que no me encontrárais ninguno me iría al Cabo de Gata.

¿Y para tocar?

Para tocar, Madrid es mi sitio favorito. Es donde noto que hay más público que entiende lo que quiero contar en mis canciones. Con Los Flechazos metíamos mucha gente en Coruña. Valencia nos ha tratado muy bien. Recuerdo épocas en las que metíamos más público en Lérida o Murcia que en ciudades como la nuestra. No se por qué. Recuerdo que salimos en la portada de un suplemento dominical en Lérida. Pero me quedo Madrid por tradición.

"La estética mod era mucho más pura en el 63 y 64 que en el 65 y 66. Lo que pasa es que soy mucho de impurezas y mestizajes, aunque no lo parezca"

Has trabajdo de muchas cosas. Siempre relacionado con la música pero no como músico todas las veces. Si por algún motivo no trabajaras en esto, ¿qué te gustaría hacer?

Me gustaría tener una librería especializada en libros musicales. Y que una parte de ella tuviera una galería de exposiciones. Le daría rienda suelta a mi pasión por la memorabilia. Haría exposiciones de portadas de discos, fotografía pop, entradas de conciertos. Estaría todo el rato oyendo música, en mi mundo. Echo de menos los años en los que tuve una tienda de ropa y discos de segunda mano. Me lo pasaba muy bien. Todas las cosas que he hecho en mi vida me han aportado algo. También los ocho años que estuve en el Ayuntamiento de León como técnico de fiestas fueron un rodaje muy importante en organización de eventos. Aprendí cómo funcionan las instituciones y el negocio musical. Entiendo mucho mejor por qué pasan las cosas o por qué el país es como es. La otra cara de la moneda es que no me gusta nada. Me cansa bastante. Pensar que lo más importante para un ayuntamiento es si traer a Bisbal o a Bustamante... A mí me importa una mierda. Con todo mi respeto para ellos, pero prefiero gastar la energía en otras cosas. Estaría muy cómodo en esa librería pero siempre flota la idea de que me voy a dedicar a hacer canciones y a tocar.

Eres un coleccionista nato. ¿Cuál sería tu disco más preciado?

Más que coleccionista, soy bastante fetichista. Básicamente colecciono revistas musicales del 64 al 68. Y singles de música bit del 65 al 68. El disco más especial es un EP español de The Remains. Es un grupo que pudimos traer al Purple Weekend después de 27 años sin actividad. Lo pagué a un precio astronómico y decidí que si no lo tenía yo, ¿quién lo iba a tener? Está en un cajón de mi casa.

¿Por qué esos años en concreto?

Son los años del estilo. La música bit y el rock and roll tuvieron su nacimiento. La estética mod era mucho más pura en el 63 y 64 que en el 65 y 66. Lo que pasa es que soy mucho de impurezas y mestizajes, aunque no lo parezca. Es el momento en el que los chavales blancos decidieron que iban a hacer su propia mierda, influídos quizá por los músicos negros. Iban a inventar una escena musical, se ponían pantalones de cuadros, camisas de colores y flequillos hasta las cejas. Empezó la época Small Faces, Kinks. Fue la primera universalización. El primer movimiento juvenil global que existe en el mundo es el bit y eso terminó con el hard rock y la psicodelia. A mí lo que me gusta estética, funcional e ideológicamente son esos inicios, más que cuando ya estaba todo consolidado. Lo que vino después no me interesa mucho.
Las revistas me llaman la atención porque aparece David Bowie o Ron Wood. Muchos grupos de finales de los sesenta, setenta e incluso de los 80. De repente ves una foto y dices, "Joder, pero si este tío mira quien es, ahora está presentando este programa en la televisión". Me llama mucho la atención eso. Es una especie de puzzle muy difícil de encajar y que nunca termina.

La estética de la que hablas ¿Te ha acompañado de una manera u otra toda tu vida, no?

Cuando empezé a formar la historia de Cooper parecía casi obligado que no me vistiera de mod. La música no tenía nada que ver con el universo modernista. Se iban a sentir incluso decepcionados. No se vestir de otra manera. Soy como soy. Me gustan esas pintas y las sigo llevando. Cuando me pongo a hacer música, eso sí, me gustan otras cosas. En el fondo es lo mismo que le pasó a Pete Thowsend cuando hizo The Kids are Alrigth, a Paul Weller con In The City o a The Charlatans con The Only One I Know. En verdad estoy por encima de eso. Me la trae al pairo. Tengo las pintas que tengo y a nadie se le ocurriría que me echara el pelo para atrás.



¿Esto es evolución o decontento de la era mod?

Realmente no he hecho ninguna obra maestra de la música bit. Sigo viendo a Cooper como un grupo bit pero sería muy difícil encontrar canciones de Los Flechazos que sonaran sesentas en su totalidad. Toda esa generación mod argentina o colombiana que está ahora descubirendo a Los Flechazos creen que es una banda con la que se puedan identificar. Pero yo creo que no lo hacen porque sea música de los 60 sino por la militancia. Los Flechazos eran rechazados por muchos mod por que hacíamos música canónica. Quería hacer la música que me apetecía a mí. No obligo a los demás a seguir la evolución que sigo yo. De hecho, y aunque me lo paso bomba tocándolas, el gran problema de Aeropuerto es esa gran discontinuidad. Esa disparidad conceptual es la que oscurece un poco la idea de lo que verdaderamente es Cooper.

¿Qué puedes decir que has aprendido del mundo de la música en todos estos años?

No se. Me sigo viendo como un absolut begginer. Algo tengo que haber aprendido. Si sigo comentiendo los mismos errores será por tozudo. No tengo ni idea.

KIKE DEL TORO

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