miércoles, 8 de julio de 2009

ENTREVISTA CON JOSETE

"Se ha perdido la importancia de la amistad. Ahora los niños o fuman porros o juegan a la Wii"


Josete ha tocado el cielo y el suelo en muy poco tiempo. Del subidón de poder grabar su primer disco apadrinado por La Excepción y producido por Los Delinquentes al hostiazo de perder la voz, y, por momentos, pensar que no la recuperaría. Afortunadamente todo eso ya ha pasado y lo que importa es "Recuerdos de Chico" un prometedor debut muy por encima de la media del que quien esto firma todavía no ha escuchado una crítica negativa. Hablamos con su protagonista en las oficinas de su sello discográfico y comprobamos que no hay diferencia alguna entre Josete artista y Josete persona. Un tipo corriente, de barrio, humilde que mira al futuro con ilusión y al pasado con la perspectiva de quien ha aprendido de sus experiencias. Sigue leyendo.

Tuviste una forma un poco particular de empezar en la música.

¿Particular?

En la misa

Ah, no. No es que empezara en la misa. Se ha puesto eso en la hoja de promo, pero no. Lo que pasa es que iba a la iglesia. Allí había dos guitarristas. Con 7 años los Reyes Magos me trajeron mi primera guitarra e iba allí a aprender a tocar. Me fijaba en cómo tocaban, cómo eran las posiciones.

¿Hay un momento concreto en el que dijeras: quiero dedicarme a la música?

Desde chiquitito ya lo sabía. Mi sueño era ser torero o cantante. De lo primero se me quitaron enseguida las ganas. Mis tías han cantado siempre. De hecho Los Chichos querían llevárselas de coristas. Eran otros tiempos y mi abuela no aceptó la situación. De escucharlas a ellas, a Paco de Lucía, Las Grecas o Camarón de la Isla.

Paco de Lucía es especialmente importante para tí

Todos los que empezamos a tocar la guitarra intentamos tocar Entre dos aguas. Y mira que soy de los malos. Él es el rey.

¿Qué otras influencias has tenido?

Mucha gente podría pensar que sueno a Pata Negra. Otros a Los chichos. Yo lo definiría como algo nuevo. Josete es distinto. De la calle, para la gente de barrio. Hay mucha variedad.

Curioso que predomine el sur en un disco de un tipo madrileño

Sí. Es raro. Por ahí abajo como el flamenco está mucho más extendido cuando lo han escuchado creo que han captado esa complicidad, ese buen rollo.

¿Este disco es un balance de tu vida o sólo un extracto de recuerdos puntuales?

Es que no en todas letras hablo de mí. Trato de explicar los recuerdos que todos tenemos, pero no de una forma particular. Esas relaciones con los vecinos cuando eres pequeño. La amistad, que hoy no se valora tanto, los juegos infantiles. Hoy los niños le dan o a los porros o a la Wii. Hay canciones que sí son historias mías, pero escribo no sólo pensando en mí.

¿ Se puede ganar dinero con la música hoy en día?

No lo se aún. Apenas he empezado con esto.

Pero has ganado 50 euros por unas horas en el metro.

Ah, vale, vale. Ya se por donde vas. Claro, en el metro sí. A poco que cada uno te eche veinte o cincuenta céntimos con la cantidad de gente que hay en Madrid imagínate. Solía recorrerme el trayecto desde Marqués de Vadillo hasta aquí (Alonso Martínez) y a veces ganaba cincuenta, sesenta euros.

O sea que tocabas en el mismo tren, no en la estación.

Sí. Les decía: a mí no me hace falta el dinero. No me hace falta para comer. No quería quitarles la oportunidad a la gente que lo necesita de verdad, sólo exponer mis temas en el metro para ver cómo reaccionaba la gente.

¿Te condiciona lo que piense la gente a la hora de componer?

Siempre hay que pensar en el público al que te vas a dirigir.

¿Cómo ha sido el proceso de grabación del disco?

En primer lugar tengo que dar las gracias de todo corazón a La Excepción. Sin ellos no me conocería nadie ni estaría haciendo esta entrevista. Juanma me enseñó a cómo estar en este mundillo, que no se te suba y no se te olvide de donde vienes. Mucha gente saca un disco y pasan directamente de los colegas. A mí me daba mucho miedo eso porque el dinero cambia a todo el mundo.

Un día, en un concierto de Los Delinquentes, les canté algo mío y les gustó. Me dijeron que cuando lo tuviera un poco más encaminado lo sacaríamos adelante. Nos fuimos a Jerez y allí lo grabaron. La elaboración del disco ha sido increíble y me he sabido aconsejar bien.

¿Cuánto tiempo estuvísteis preparándolo?

Mucho tiempo, porque hubo varios problemas de por medio. Hasta que no se montó el sello discográfico de El Volcán no pude sacarlo adelante. Hay que agradecérselo también a mi management. Está sonando el disco por ahí y es cojonudo. Tengo muchas ganas de tocar.

¿Has visto la película Los Abrazos Rotos?

No.

Esa película cuenta la odisea de un director de cine que se queda ciego y continúa dirigiendo. Me fascinó en su momento la idea de cómo sería la visión de un profesional que pierde su principal instrumento de trabajo y cuando leí la historia de lo que te pasó, lo identifiqué claramente con la película. ¿Qué sentimientos se te pasaron por la cabeza en ese momento en el que tu voz pudo no volver?

(Cambia totalmente el tono de la entrevista pero me parece una pregunta imprescindible)

Muchos sentimientos, y además malos. Tienes a todo el mundo pendiente de tí, confiando en el proyecto y de la noche a la mañana me quedé sin voz. Fui a un médico y me dijo que tenía problemas en la cuerda vocal derecha. Intentamos hacer foniatría para ver sin tener que operar se podía curar y no fue posible. En ese momento estaba a punto de terminar mi primer disco y me hundí. Pensé que no podría volver a cantar, que no podría dar ningún concierto. Aparte soy una persona que hablo mucho, fumo. Ahora no tanto. Me dijeron que no podía salir a la calle, ni mucho menos hablar durante seis meses. En ese momento estaba que me subía por las paredes y se me vino el mundo al suelo. Cuando me recuperé no tenía la misma voz. Cantaba distinto. Cuesta mucho acostumbrarse otra vez a tu voz. Tenía miedo a forzar. Me salían gallos cuando en mi puta vida los había tenido. Ahora se puede decir que la voz está casi al cien por cien pero me falta tener la misma seguridad que tenía en mí mismo entonces.




Háblame un poquito de los planes de conciertos.

Vamos a hacer una gira por Fnacs y espero que a partir de ahí vayan saliendo cosas. Acaba de salir el disco hace nada y no me preocupa que la cosa vaya despacio.

¿Qué banda llevas?

Batería, bajo, dos guitarras, percusión, coros y yo. Lo que pasa que a los Fnac llevaremos un formato reducido. Dos guitarras, un cajón, los coros y yo.

¿Cómo es la experiencia de trabajar con un fenómeno como el Langui?

Muy bien. No les conozco de dos días. Fuimos al colegio juntos, hicimos la comunión a la vez (Risas). De hecho trabajo con él en Radio Nacional los viernes.

¿De qué es el programa?

Hablamos de todo en general. Los personajes que pasan por el programa son los cotidianos de la vida diaria. Intentamos desmitificar visiones generalizadas sobre temas generales, sobre los gitanos por ejemplo. Trabajo muy a gusto con él porque ya sabemos de qué pie cojea cada uno.

En una época presumiblemente de vanguardia, de investigación, reivindicas géneros bastante antiguos.

Porque se han perdido. Se vivía mejor antes que ahora. Ganabas cien mil pelas y tenías para comer, salir y pagar la casa. A mí mi vieja me daba un talego para salir todos los fines de semana y nos apañábamos de puta madre. Ahora dale a un niño seis euros a ver cuanto le dura. Quiero de alguna manera que en vez de ir para alante, vamos para atrás.

Ofreces una visión de un barrio (Pan Bendito) que de por sí tiene connotaciones negativas en según que sectores.

Una cosa es la lana y otra es la fama. Lo que pasa es que por algunos personajes pagamos todos. Somos gente de barrio, trabajadores, humildes, gente obrera. Hay los típicos tontos, pero no sólo en aquí, sino en todas partes. A las personas hay que conocerlas y luego juzgarlas.

KIKE DEL TORO

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